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Mostrando entradas de abril, 2014

«Todavía y para siempre».

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Sería increíble descubrir la peculiar esencia de cada noche, así como el por qué hay imágenes en nuestra cabeza que se tirarán años apareciendo y desapareciendo cada día una y mil veces. Sería difícil imaginar ciertos momentos en varios lugares, cómo aquella soleada tarde de verano donde el reloj parecía no existir y yo, que nunca quise tomar decisiones sobre el futuro, te pedí que le rogaras a la luna que no viniera más, que fuera ella quien te dejara donde estabas y sobretodo, que me dejara ser y existir, sin cambiarme. Aquel día, la confianza en ésta se esfumó, pues trajo consigo la oscuridad de una noche inmortal de invierno por un intervalo de tiempo que todavía me hace preguntarme cuánto se prolongó. Quizá uno de los continuos dilemas ha sido y será el hecho de cómo alguien puede dar todo de sí sin que nadie vaya a echarla de menos. Es curioso como, a veces, partes de nuestra vida se van por la puerta principal, dando golpes con las maletas en el suelo y haciendo todo el ruido

WELCOME APRIL!

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Querido Abril, esperemos que no me des ni me quites nada que más tarde no puedas justificar. Confío en ti y en que no dejes marca, o al menos, no demasiada. Supongo que pedirte esto no me pone las cosas fácil, solo quería avisarte de que ya fuiste, en su día, el terremoto que cambió mi vida. Tu lluvia, querido Abril, sabe a mi pasado, a mi presente, a mi futuro. Tu aire frío es a la vez tan cálido que contiene en él los últimos resquicios de inocencia y con éstos, los recuerdos de aquella guerra, de aquella vida. Abril, querido, me hiciste crecer de golpe, mirando al frente. Maduré a raíz de ti, viviendo contradictorias historias a lo largo de los años. Me empujaste al cielo y me condujiste al vacío, te tengo miedo porque ahora mantengo la calma y aunque ésta no me hace inmune al resto, tampoco es capaz de romperme. Podría o debería enfrentarme a tus desastrosas y encantadoras horas, haciendo referencia a todos tus décimos o duodécimos días; pero recuerda, me debes una, tal vez dos.