Ambición, razón y corazón

¿Qué hacemos con la incertidumbre? Ya tuvimos que elegir entre quedarnos o irnos. La cosa se complica y ahora el enfrentamiento es mucho más personal. 

¿Merece la pena intentarlo? Tal vez, en este caso, la respuesta sea no. Somos humanos, aunque a veces lo dude, y como tal, un poco de paz será parte de nuestro éxito. 

¿Desbordarnos con objetivos, bañarnos en metas inalcanzables y tratar de recordarnos que no se trata de poder, sino de querer? Y qué hay sobre aquello que trataron de inculcarnos: disfruta todo lo que hagas. 

La vida es corta, no queramos correr tanto para alcanzarlo todo nada más llegar. La ambición me empuja, la razón me dice que aguarde y, por primera vez, mi corazón me pide que le haga caso. Y yo, que no sé decir que no a nada me pregunto: ¿será que, aunque soy capaz, no quiero?

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