Volver a confiar

Si las miradas hablasen, tú ya sabrías todo lo que nunca te dije por miedo. De haberlo sabido, habrías huido todavía antes. Me estabas queriendo mal, pero yo me estaba queriendo peor. Y creo que no hay peor punto de partida que dar rienda suelta a algo tóxico; lo único que se me viene a la cabeza cuando nos veo a ti y a mí, perdidos en medio de cualquier noche tratando de entendernos sin ningún éxito. 

Fuiste la ilusión del primer día de algo grande, el escalofrío que te provoca el miedo cuando sabes, aún temblando, que va a merecer la pena perder las maneras y perderte a ti mismo por ver una sonrisa iluminar, por un rato, el vacío inmenso que te acompañaba hacía ya mucho tiempo. 

Tal vez nunca te invité a conocerme porque no podía explicarte quién había sido, pero tampoco preguntaste. La realidad es que no tenía ganas de presentarme mientras me derrumbabas la coraza y me hacías ser tan valiente como para volver confiar (aunque fuese un error, de nuevo). 

A pesar de haber caído, todavía echo de menos lo simple que parece todo cuando solo se trata de esperarte hasta verte llegar, cargado de seguridad y de intenciones por hacerme tuya un rato.

Por esto y por todo, te reto a no dejar que nos olvidemos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Llegaste y rompiste todos mis esquemas

«La navidad deja de ser la misma cuando empiezas a ver ausencias en la mesa.»