Entender por qué

Estoy decepcionada contigo. Pero mucho más conmigo. 

Después de perder batallas y de dejarme vencer en la guerra no he aprendido cómo lidiar conmigo cuando me atrapas. Hoy me he mirado y he conseguido verme a mí, al otro lado del espejo, valiendo mucho más de lo que me haces sentir cada vez que decides tropezar conmigo hasta hacer que la que caiga sea yo. Tu desprecio se ha clavado en mi pecho, hiriéndome casi de forma irreparable; aniquilándome una vez más. 

Al menos ahora sé que lo has estado haciendo... lo de sentarme en el banquillo hasta nuevo aviso, hasta que no tuvieras más opción que dejarme entrar en el terreno de juego a sabiendas de que daría lo mejor de mí, pero que nunca sería suficiente. Tú no buscabas ganar, buscabas que la partida se prolongara sin importarte que no pudiera seguirte el ritmo. 

He apostado por ti y he perdido hasta las ganas de seguir intentando entender por qué. Por qué no cumples con tu palabra, por qué no te explicas, por qué huyes, por qué no me dejas preguntar, por qué todo lo que ves cuando me miras son defectos, por qué sigues distorsionando las cosas aún cuando estás lejos, por qué no me dejas ir, por qué me consumes a demanda, por qué desprecias quien soy, por qué no te das cuenta de que valgo más de lo que estás haciendo conmigo.

Por qué. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario