Cicatrices

Quizá el peor hasta que he cometido ha sido besar tus cicatrices hasta enamorarme perdidamente de cada historia que tu cuerpo cuenta. Por eso, ahora que parece que dices adiós, yo empiezo a echar de menos los trozos de ti que muestran que no eres perfecto y que también has caído aunque ahora sea yo la estrellada. 

Quizá es porque, después de esta inestabilidad emocional, viene el miedo a la fugacidad. Las cosas empiezan a difuminarse y yo, a pesar de todo, me veo dispuesta a tirarme de cabeza al vacío por cinco minutos más. Aunque eso signifique volver a perderme. 

Y lo peor es que no me importa arder hoy si no sé que mañana desaparecemos. Intento poner las cartas sobre la mesa, mientras encuentro la manera de preguntarte si tú sabías cuál era el final desde el principio.

Y me va a doler, porque ya me está doliendo. Pero me siento bien. Contigo me siento bien. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Volver a confiar

Llegaste y rompiste todos mis esquemas

«La navidad deja de ser la misma cuando empiezas a ver ausencias en la mesa.»