SUPERYO


He creído oír a Benedetti diciendo: 'No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje...' cuando apenas me quedaban ganas de seguir en el mismo vagón, con la misma gente, parando en la misma estación que hace unos años, creyendo que pasárselo bien es fingir que amas momentos que no recordarás nunca. He sentido la necesidad de salir corriendo y no lo he hecho porque una cuerda me aferraba a alguien que hace tiempo que se había ido.
Dicen que todo pasa por algo, y que el final de algo es un perfecto indicativo de que algo va a ir bien. Permitirme dudarlo, hace tiempo que disfruto del final más que del comienzo, girando en torno a un bucle que me lleva siempre al mismo punto de partida, aunque ya no a la misma persona.
Hemos luchado hasta caer rendidos, aunque tal vez lo haya hecho sola, pero gracias por ser mi excusa, que no mi motivo, ahora que lo he conseguido soy más fuerte y, además, estoy contigo.
Ahora lo entiendo todo, entiendo que no es más rico el que más tiene y, que por más dinero que tenga, no te voy a encontrar en ningún escaparate esperando que alguien decida llevarte a casa, ahora sé que no puedo pagar ninguna cura para los pequeños detalles que dejan un corazón mucho más roto de lo que cualquier otra cosa lo haría. O al menos, esa seré yo, ofreciendo todo cuanto soy porque, algún día, alguien que apenas recuerdo no me dejó otra opción y acepté y me equivoqué. 
Tal vez lo entiendas. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Volver a confiar

Llegaste y rompiste todos mis esquemas

«La navidad deja de ser la misma cuando empiezas a ver ausencias en la mesa.»