Samba es solo un baile

No está mal pensar que en el mundo habrá siempre una persona dispuesta a sustentarte. Una voz que suene como el soplido del viento y que alivie tanto que parezca una cura. Uno de esos abrazos que hacen crujir los huesos, uno de esos que reconstruyen una ''yo'' hecha pedazos. Voltearé mi cara y tan pronto estarás como te irás, el miedo se adhiere a los temblores de una de esas noches frías en las que me quedaría congelada antes que tener que decir adiós. Esos momentos perdidos en la nada que todos quieren, esos momentos en los que siento que es más vida que gano que tiempo el que pasa en vano. Anudaría mis suspiros de vuelta a casa y haría una cuerda resistente para ese momento en que caiga por el borde del precipicio en el que estoy ahora, apunto de tirarme de cabeza. Mis pies hacen tambalear mis piernas y yo todavía creo que son tus ojos que me miran, esos ojos que llevan meses rompiendo mis ganas de coger un billete de ida sin su respectiva vuelta. Esos ojos que un día me veían irme y se apresuraron a gritarme: ''buen viaje''.
Un poco de magia de la tuya y yo siendo el truco favorito de los ambiciosos que quieren tener oro entre sus manos. Juraría que esa cara ya la he visto antes, esas ganas de llenar el vacío con mi risa y mi cabeza con la tuya. Esa misma risa que resuena por todas las esquinas de mi cama una noche larga, la misma que acompaña alguna que otra tormenta en el barranco de mis ojos.

Entonces;
'Afloja las cuerdas cariño, que solo ha sido un frío invierno.'

El sol más helado que he visto en mi vida, un poco de ti contigo mismo, un poco de mi buscando una salida. De emergencia.
'Te he echado de menos.'


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