Ni tan azules, ni tan verdes


Sus ojos eran poesía y todos los versos los dictaban sus miradas. Su cara estaba contorneada por un montón de historias que no quería contar. Entre sus manos, un paquete de cigarrillos. Fuego, arde y sonríe, soltando el humo mientras le hago reír. Entonces jugaremos a que nadie nos entienda y plasmaremos todo lo que nosotros sabemos en un par de gestos. Me basto contigo porque hablo de mi también. Fuera de mi burbuja están bombardeando las calles y el mundo se está consumiendo. Hago como que no pasa nada y dejo escapar un par de carcajadas mientras se me achinan los ojos. Tanta complicidad de golpe no ha sido una casualidad. Si sigues mirándome así conseguirás matarme. Ahora me abrazas como si fuera un rompecabezas a medio hacer. Y me harás, me harás feliz y después intentarás guardar las distancias y un par de secretos en el bolsillo. Me dirás pues, después de haberle dado forma y sentido a estos treinta minutos, que tienes que irte, que tienes que huir de alguien. 

Intuyo que esta vez se trata de mi.


1 comentario:

  1. Hola, me gusta mucho tu blog, y esta entrada es preciosa. Espero poder pasar mas seguido. Un beso enorme http://fotografia-conelcorazon.blogspot.com.ar/

    ResponderEliminar