Una retirada a tiempo, también es ganar.

Esta vez he sido yo quien te ha dejado ir. No me preguntes por qué, no es necesario explicarte que una vez más lo hice por ti. Es más, no hay nada más doloroso para mi que decirte que me iba y no escuchar de tu boca un 'quédate una última vez.' He sabido que debía rendirme, coger los pedazos de los que estoy hecha y alejarme de ti. Por puro egoísmo intento no pensarte para poder sonreír, para continuar la vida que me ha quedado de nuevo al ver que ya no estás. No puedo evitar sentir tristeza por mi manera de echarte de menos al despertar y notar el vacío que me queda siempre sin ti. No vas a volver y ahora estoy segura de que no lo harás. No sé que me da más pena, si haberte perdido o haber sentido que no podía luchar más. Siempre he estado pendiente de tu ida y tu venida, y ahora ya no estoy o quizá, ahora es que tú no quieres que esté durante más tiempo aquí. Después de tanto no entiendo por qué he de perderte de esa manera o por qué deberías querer que me fuera tan deprisa. No entiendo por qué mis lágrimas nunca han significado el amor que quería darte. Puedo decirte que todo esto me duele muchísimo, pero de todo no sé decantarme por algo que me duela más. Es muy duro pasar por esto siendo tan inocente en el mundo de perder lo que crees que has encontrado. Para qué voy a mentirte, hay segundos del día que remarcan tu nombre o tu perfume sobre mi, sin embargo, prefiero alejarme para no oír que no eres feliz por mi culpa después de haber dejado todo lo que tenía por ti.