Sufrir con y sin motivos.

Querido 8 de Julio, no sé que tienes previsto y a decir verdad me da miedo aventurarme en las horas de tu día pero lo haré, primero porque soy valiente y segundo porque si no lo soy, me obligarás a serlo. No quiero hablar del miedo porque es tan imprevisible que ya no sé ni yo si la sensación de éste me va a invadir o va a ser tan sutil conmigo que apenas voy a enterarme de que está presente. He cambiado, lo sé, pero no te aproveches de que eso haya ocurrido porque si hoy soy diferente es porque el dolor que me has provocado me ha llevado a hacerlo por no poder soportarlo. La inseguridad era muy propia en mí pero cada vez estoy más segura de que lo que hago está mal o está bien, sea lo que sea, dudo estar equivocada. Hablo con la certeza de lo que sé, pues no miento, no hago supersticiones.. ni siquiera invento la realidad que me gustaría que fuera, me limito a lo que es y a lo que veo, aunque a decir verdad, cuando tengo que contarme la realidad de mi propia vida el corazón hace un ademán de pararse.

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