Sola, llora, sin que nadie le diga que todo va a estar bien.

Tal día como hoy me dispongo pensar en el por qué no me pongo llorar si estoy triste, en el por qué más que buscar tristeza intento aliviar el disgusto que me produce suponer tanto y, finalmente, el por qué ya no me levanto con ganas de acostarme, sino de irme y eliminar el enfado que guardo dentro a base de risas. Anoche averigüé que mi cabeza no es diamante de tan rallada que está y bueno, he conseguido ser lo suficientemente fuerte como para saber que he de terminar con lo que me hace daño, pues dar un poco de tiempo es correcto, pero dejarle a mañana un cambio que no ha servido de nada hoy, es inútil. A veces el mejor desahogo es soltarlo todo. Con ellas saco afuera todo lo que por dentro me mata y por último, pero no menos importante, he llegado a la conclusión de que; si me hubiera rendido hace meses quizá mi corazón estaría bastante curado y mi sonrisa sería más ligera y sencilla... pero yo he elegido seguir luchando con todo lo que se pusiera por delante, ya que el futuro es lo que hacemos cada día y quién sabe si yo me equivoqué, pero ahora toca lidiar con ello y aguantar hasta que la última herida esté curada, es tiempo de corregir los pasos mal dados.. es tiempo de pensar que será mejor para mi.

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