Siento que no ves la muerte que me ha producido que no estés conmigo.

Desvelo al propio insomnio por ti. Esta mañana los ojos me pesaban, me dolían, estaban hinchados, ellos también sufren la ternura de tu mirada, ellos también lamentan que no me hayas vuelto a mirar. No sé cuántas mentiras me he fumado, consumiéndose entre el espacio apreciable entre el lápiz y mi papel, el papel que sin saber tu nombre supo todo lo que hubiera sido capaz de hacer. Una hoguera de sentimientos se quemaron y se hicieron ceniza en tu corazón, solo eso, polvo negro que aún transformas en recuerdos cuando más débil te encuentras, aferrándote a ellos, sin dejarlos marchar, tal cual me aferro al sonido que producía tu risa al chocar con la mía, evoco aquel momento de felicidad en que no eran las ganas de coger tu mano sino las ganas de permanecer contigo hasta el final que no existiría y que se convirtió en verdad, el final de una historia creada para permanecer viva sin morir a pesar de los años, las memorias de un amor que todo lo podía, el tuyo y el mío, unión perfecta cuando aún era de los dos. El amor parece que se ha ido aunque. por lo visto, nunca se termina de ir por completo.. hablo de aquel amor que loco o no, nunca muere. 

<<Perdóname, ya no sé ni qué digo, ni que hablo, simplemente sé que lo he intentado todo, que he hecho todo lo que ha estado en mi mano por verte entrar por esa puerta y sentir otra vez el roce de tus dedos, pero no, no lo he conseguido y eso es lo que me pasa, ese es mi fracaso, el motivo de mis lágrimas, el hecho de haberme fallado la promesa de recuperar tu amor, de vivir eternamente contigo y sobretodo de haberte perdido. >>

Por última vez, por rutina o por recordártelo una vez más, te quiero.

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