No es fácil olvidar el ayer, pero debo dejar el recuerdo y sanar.

No sé como empezar, es posible que a mitad del camino no sepa por donde seguir y probablemente no sabré cuando despedirme y colocar un final. Una amarga metáfora que manda en mi vida, una de esas cicatrices que ni el mas sano puede curar. El tiempo se limita a pasar y no cambiar nada, el tiempo te da instantes de alegría tan pequeños que solo puedes valorar cuando ya se han ido. Te echo de menos, recaigo a tus pies y me voy de nuevo, con la esperanza de que me permitas acercarme una vez al color blanquecino de tu piel, me miento si creo poder soportarlo. He dicho tantas veces que me iba... me he mentido tantas veces por pensar que no volvería... tan falso fue que nunca me fui, que siempre estuve ahí, aunque nadie me viera, aunque ni siquiera yo supiera dónde estaba. Tengo miedo, mucho miedo, miedo de verte, miedo de que te vayas, miedo de no encontrarte, miedo de perderme por completo y no volverte a ver. El mundo gira y yo giro a tu vera, amor. 

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