Tu confianza no confía en mi.

No hay mirada más triste que la de una mirada perdida.. una mirada que te busca y que ya no puede encontrarte. Si me propones que deje de llorar es como si me plantearas un reto. Hay un límite en la vida en la que el desconcierto entre quien eres y quien fuiste y el desconsuelo de no tener a quien te hacía sentir persona te mata interiormente. A la cara de los demás muestras la sonrisa más falsa que tienes, la más exagerada y solo el que te conoce sabe ver en ti que todo es una máscara. Y que nadie se atreva a llevarte la contraria porque hay tanta ira en el mismo ambiente que el final solo puede ser malo. Te recuerdo que es horrible hacer llorar a los ojos en los que algún día te perdiste, pero eso también te es indiferente. Ya llegarán los buenos tiempos que alguien me prometió, mientras tanto no pienses que te quiero, aunque te quiero. 


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