A mi ya no me puedes enfadar, pero si me defraudas, y cada vez mas.

Poco a poco me conciencio de que no eres tú lo que quiero, de que no es a ti a quién espero. Qué puedo esperar de una persona a la cual le importa más su apariencia que la persona que lo está haciendo todo. Has ido diciendo cosas que siendo verdad o mentira deberías haberte callado, simplemente por respeto a mi. Me has hecho llorar y no precisamente como un caballero. Has sido lo suficientemente cobarde como para no dar la cara y ver mis lágrimas caer delante de tus ojos, no has podido ser todo lo valiente que aparentabas como para venir y decirme adiós ante mi persona. No has sido lo suficiente bueno como para valorar que me he volcado en ti de la manera que más costaba, más dolía y todo por ti. He hecho millones de cosas para que tú permanecieras tranquilo sabiendo que me enteraría de más motivos por los que derrumbarme y hacerme daño. Y no me arrepiento, pero me duele que no hayas sido capaz de valorar ni una mitad, ni siquiera una cuarta parte de todo eso. Así que hoy yo ya no te pido nada más, sólo que si vas a hacerme sonreír en algún momento te quedes y que si tienes previsto volver a hacerme llorar, te vayas. Te pido que seas todo lo feliz que en tu medida te mereces, que hagas feliz a todas las personas que se aferren a ti un poco de como lo hice yo, y que no huyas. Cuando tengas que darle un final a algo, cambia la forma que has tenido te actuar conmigo. Piensa en los demás antes que en ti, piensa si puede darte lo que tu quieres y quédate a su lado, de verdad que a mi no me importa, pero olvídate de todo lo que yo soy hoy, pero acuérdate siempre de lo que fui ayer.