Sé lo que quiero pero no puedo tenerlo.

Caminas ciegamente, porque el sol que antes te alumbraba ya no ilumina nada. Con las ganas de llorar siempre en mente, con la rabia pura y la ira en desconsuelo. No hay camino suficientemente largo como para desviarme y llegar a un sitio donde nunca pude estar. Aunque por mucho que existiera, siempre seguiría mi camino, en el que vivo y en el que viviré aunque duela. La decisión que tomé, ir por camino más difícil y en el que más feliz podría ser. Cargas con todo y de nuevo te preguntas a ti misma cuál es el sentido de que esté aquí, luchando por y ante todo. Saber que si algo he dejado olvidado atrás, esa he sido yo, porque me estoy volcando por todo el mundo menos por mi. 

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