No tengo fuerzas para rendirme.

Es verdad eso que dicen de que hasta lo peor acaba. Que la vida va pasando y yo voy viviendo y consigues olvidar, marchar, soñar, caminar, sonreír. Utilizar tus ojos para volver a mirar la realidad, para disfrutar. El tiempo pasa, todo iba mejor que ahora, incluso cuando no luchaba ni la mitad que hoy. Pero la vida sigue, caemos, levantamos, lloramos, chillamos, huimos, pero viviendo. Y claro que ahora echo la cabeza atrás y veo que todo lo de antes fue bueno y yo ni siquiera me daba cuenta del valor que tenía y ahora lo pierdes y todo es horriblemente malo. Pero seguiré, como hice siempre. Cambiaré mi vida y la de los demás. Me dijo que yo era increíble antes de todo esto y estoy dispuesta a ser mejor de lo que fui, ya habrá quien me quiera y quien, contrariamente, me insulte por amor, envidia o por el simple hecho de no tenerme. No es de buena gente hacer creer a una persona que es tu todo y terminar diciéndole que es tu nada. Cuanto más rabia me demuestres, más amor creeré que me tienes.