Ese único puto motivo por el que seguir vivo.

De nuevo se repite aquel sentimiento de esperanza. Ese sentimiento de luchar por una cosa entre un millón y medio. Y aunque me haya prometido a mi misma no ser quien fui, sé que aún siendo de otra manera, en el fondo, seré yo. Te encontré donde tú me hallaste, donde me dejaste y donde espero que me vuelvas a buscar. Ojalá y vengas con todo lo bueno, que seas tú ese único puto motivo por el que seguir vivo. Un humano tiene ciertas necesidades y me he dado cuenta de cual es ser la mía, ser feliz. Me he tirado toda mi vida buscando un motivo, y ahora por fin creo saber, al menos, por donde van los tiros.

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