Contrariamente tú no recordarás nada, ni siquiera a mi.

Comienzo una nueva vida en la que no estás, sin duda el reto más difícil que me propuse hasta el día de hoy. Te veo, me ves y quieres hacer como si no nos conociésemos. Realmente en todo lo que no nos miramos, nuestro corazón se encoje y aunque sea muy lejano, el sentimiento de dolor existe. Supongo que tú ya habrás sustituido lo que yo fui, has encontrado una nueva felicidad y yo sigo aquí, cerrando mis ojos a cualquier persona que pueda hacer de ti, porque o eres tú o no habrá nadie. Quizá pienses que no he luchado, que no lo estoy intentando, quizá pienses que me he rendido, que he huido, pero sigo aquí, con los brazos abiertos para ti y cerrados para el resto. Yo ya no soy quien quiero ser, ni quien quieren que sea, hace tiempo dejé de pensar en una vida, porque dediqué la mía a ti y ahora no estás. La sensación de vacío interior me está matando. Pues soy incapaz de mirar cada uno de tus recuerdos sin sentir como una parte de mi se fue lejos, tan lejos que no ya no me pertenece. Es cierto, ya no eres mío, como solías ser, como fuiste y como no serás nunca, porque tu decidiste marcharte, para no volver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario