Morir, morir porque sin ti no quiero vivir.

Y es pensar en perderte y otra vez tiemblo. Mi cuerpo es un sin vivir que apenas respira porque mi alma no se lo permite. Ansiedad, desconcierto. No sé que hacer, me quedo esperando que me digas que no te irás nunca, al menos hoy no, ni mañana, ni dentro de un mes. Te necesito conmigo. Te necesito porque yo soy así y me he acostumbrado a esto, y a ti, y ahora no puedo despertarme un día y no ver que no te tengo. Te amo, por encima de cualquier pero, cualquier enfado, cualquier excusa, cualquier persona... te amo por encima de que el mundo se esté acabando. Me quiero morir, quiero dormir eternamente y no despertar jamás si tu no estás, no quiero vivir esta vida sin ti, pensando en que no volverás.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Volver a confiar

Llegaste y rompiste todos mis esquemas

«La navidad deja de ser la misma cuando empiezas a ver ausencias en la mesa.»