Morderse el labio inferior, con un único propósito, contener una lágrima que marcará el inicio.

Me gustaría tener un botón de apagado. Apagar todos mis pensamientos de vez en cuando, y poder estar en blanco. No pensar en nadie, no pensar en los problemas que se apoderan de mi mente las noches de domingo que no puedo dormir. Desconectar, por el simple placer de disfrutar sin tener que preocuparme por nada, ni por nadie, ni siquiera por mi. Sin echarte de menos, sin querer comerme el mundo para estar a tu lado, aunque muera de ganas por hacerlo. Sin nadie por quien luchar, sin nadie que luche por mi. Un momento, un solo instante para que mi alma descanse por unos segundos, para que encuentre la paz sin depender de la felicidad. Solo un momento, mi vida y yo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Volver a confiar

Llegaste y rompiste todos mis esquemas

«La navidad deja de ser la misma cuando empiezas a ver ausencias en la mesa.»