Gracias por hacer esto posible, amor.

No sé si lo recuerdas todo, ya que en un año da tiempo de muchas cosas y para ti, al principio, apenas fui una más. Pero me encuentro justo después de 365 días de empezar a quererte. Parece que fue ayer cuando el destino te puso en mi camino para hacerme dejar de pensar en negro y empezar a disfrutar de la vida siendo feliz. ¿Recuerdas como empezamos? Yo si, pero no quiero hablar de ello. Recuerdo cada día y cada uno de esos momentos en los que me conectaba buscando tu conversación y poder encontrar el momento del día en el que tan feliz era. Y a partir de ahí, todo empezó a llevar tu nombre. Mi boca solo hablaba de ti, y de todas esas veces que nos cruzábamos y apenas nos mirábamos. Conforme el tiempo pasaba, las cosas eran más difíciles, una vez quise decirte que de verdad te amaba y perdón, pero no pude. Agradezco que empezaras a conocerme y que lo notaras sin tener que decir nada. Y tantas veces fueron las que tuve que negarme a ti mientras en mi cabeza rondaba un dile que sí. Amo que lucharas por mi como no lo hizo nadie, que no me dejaras tirada a la mínima de cambio, amo que me aceptaras con mis defectos y mis ganas de ti a todas horas. Unos meses fueron suficientes para aferrarme a ti, de tal manera que mi pensamiento se consumía respecto a los demás, solo te quería a ti. Y yo, no paraba de buscarte. Necesitaba hacer ese ''por casualidad'' real. Necesitaba cruzarme contigo ''sin querer'' ya que era queriendo. Buscaba tu mirada, tu sonrisa, tu caminar a todas horas. Defenderte me salía solo y mi amor por ti no podía ocultarlo a nadie.