A fin de cuentas, me importas, me importas mucho.

Nunca te he odiado, y sé que nunca podré hacerlo, pero podré mostrarme violenta ante ti por impotencia. Por mucho que muestre, o que haga, siempre voy a terminar recordándote que eres fuerte. Que eres fuerte y que yo te quiero mucho.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Volver a confiar

Llegaste y rompiste todos mis esquemas

«La navidad deja de ser la misma cuando empiezas a ver ausencias en la mesa.»