Nunca eches de menos alguien, si no sabes con certeza, que se ha ido.
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Un tren avanza, la ansiedad llega hasta tus pensamientos y te hacen correr detrás. Avanza ligero y seguro, y tu, ahogada el lágrimas, das tu vida por llegar antes de que se haya ido. Corres, lloras..y corres más fuerte, lloras más lágrimas..está lloviendo también. Las gotas de agua te golpean y te hacen daño, tu pelo recae sobre tus hombros, ya mojado, como el resto de tu cuerpo. La lluvia te hace tropezar, caes, rodillas al suelo y aún la pena de encontrarte perdida, y ahora que ya se ha ido, sola, se apodera de ti. Pronto algo te eriza la piel. Dejas de sollozar y cierras los ojos. No sabes por qué, pero notas las caricias, del aire quizás. Oyes algo, tal vez una respiración.. o el susurro del invierno. Te giras y de nuevo, las lágrimas corren por tus mejillas y se pierden al llegar a tu boca. Su sonrisa, él está ahí. Y es como si hubiera conseguido pararlo y no precisamente al tren. Tu corazón ha quedado parado, tal vez hechizado. Que más da, si él está ahí. Ya puedes morir tranquila sobre sus brazos. Ya puedes fundir tu cuerpo mojado con el suyo y sonreír. Pues ya sabes lo que dicen, la esperanza es lo último que se pierde.
Llevo días sin saber quién soy, dónde estoy. Qué hay de esa carrera constante, la ansiedad por respuestas, las alarmas encendidas, los gritos internos, la mente prendida. Llevo días sin querer volver, aunque me costara venir, por el camino me topé con la inevitable, pero gran oportunidad de frenar, pausar, cambiar. De repente la vida en calma, los pasos cortos, ni siquiera enteros, llegar a tiempo, tiempo al tiempo, dejar que las cosas pasen sin forzar que pasen.
Hoy amaneció nublado y no vino nadie. El eco retumbaba en las paredes mientras los pensamientos rugían aquí dentro. Me acordé, entonces, de todos los motivos que tuve para no hacer lo que hice cuando la debilidad vino a atraparme. Pero me dejé llevar por todos los motivos que me recuerdan que yo soy, hasta cuando no quiero, la que hace estas cosas. A punto de tronar, el día no me abraza, es difícil ver claridad cuando hay humo haciendo cenizas de todo lo que ya pasó. Tapé el resquicio, con él la esperanza y no me siento mejor al haberlo intentado ni siquiera por mí. Eva Álvarez @aunsintisoyfeliz
A un paso de mayo después de un año, entre las piedras brota verde, los cristales ya no están rotos, mojados: son ojos brillantes que proyectan la luz. A un paso de mayo, ni daños, ni ensayos, los sueños son cumplidos, los abrazos largos, el corazón ya no palpita ansiedad, angustia y miedo. A un paso de mayo, ningún esfuerzo en vano, agarré la ilusión con mis manos, viajé hasta hoy confiando y resultó extraño aprender a construir, sin destruir. Eva Álvarez @aunsintisoyfeliz
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