Estoy acostumbrada a ser independiente, eso es lo que pasa.

Cuando discutes con la persona que amas, y decides tomar tu el mando de la situación, te sientes poderosa, pero mala persona. Yo no quiero tener que llevarlo, pero si no muestro algo de mi autoridad, puede ser, que algún tome una decisión sin ni siquiera pensar. Creo que estoy siendo realmente tolerante, que estoy aguantando como nadie puede aguantar esto. Y no pasa nada, siempre que tu cumplas con todo lo que me has prometido. Y ahora que todo se ve mas claro, que todo está en paz, parece que muy conforme no estás con todo lo que dijiste ayer. Y yo estoy algo triste, por ponerme como me puse, pero entiéndeme, cuando tu  vida llega a un límite de no poder más, te sientes destruida. Busco estar tranquila y feliz, y son dos términos que no pueden ser. Siempre he sido muy independiente y tener que depender de alguien me da bastante que pensar. Me gusta volar en la dirección que yo quiera, me gusta hablar sin pensar, o pensar demasiado antes de hablar. Me gusta reír más fuerte y llorar más lágrimas que cualquier humano que me rodee, sin tener que darle explicaciones a nadie... quizá eso sea lo que me mate. He de aprender a vivir de esta manera, pero comprende que no se vivir obedeciendo a nadie, por así decirlo, que siempre lo he echo todo sola y ahora, las cosas han cambiado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario