Me veo mejor cuando nadie me ve.

Un día normal, decides que necesitas cambiar. No te sientes segura contigo misma y está claro por qué es. A partir de entonces, entras en un mundo, en el cual nunca deberías haber entrado. Dependes de un reflejo, y estar de pie no es cosa de la gravedad en la Tierra, consiste en ciertos números dictados por una máquina. Si tu vida antes era complicada, ahora es imposible. No tienes fuerzas y según tú se debe a que estás deprimida, pero no quieres ver, que no tienes fuerza por dividir lo que comías a la mitad. Estás cansada de no conseguir nada, de abandonar todo lo que te propones al no ver resultado alguno. No hay nada más duro que levantarte cada día con la esperanza de poder, y acostarte con la tristeza de ser, de existir de tal forma, con esa forma de curvas, con esas imperfecciones imperfectas que hacen de tu vida una imperfección. Y eso es lo que te provoca el llanto, eso provoca todo... Han pasado muchos meses, los suficientes para que 6 kilos ya no estén contigo, entonces es cuando crees que si has podido conseguirlo, no será tan difícil lo que queda de ti. Ahora ya te has quitado los excesos, has probado dietas, deportes... y has buscado la suficiente información. Pues ya no queda nada, solo una cosa. Una cosa que claro está que no vas a intentarlo... ¿o si?,  te divides en dos personas, una te dice que no te hagas daño, otra te dice que lo intentes, que tengas el suficiente control, que tu eres fuerte y vas a poder con ello. Le das más importancia al asunto de la que tiene. Tus padres te han notado que algo te pasa, pero afortunadamente, eres lista y solo pruebas cuando estás sola, a si que, no saben nada. Tus amigas no tienen ni idea, no creen que puedas llegar a tanto... tú pasas de contarles nada, porque o no te van a creer, o van a alarmar a los demás, o bien, vete tu a saber. ¿Sabes que? Hablo de mí, me he vuelto loca intentando millones de cosas, pero no he conseguido nada, ni provocando nada, no he hecho nada. Sigo viviendo con todas esas cosas en la cabeza, pero por lo menos no soy caso perdido.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Volver a confiar

Llegaste y rompiste todos mis esquemas

«La navidad deja de ser la misma cuando empiezas a ver ausencias en la mesa.»