Más treguas como tú
Nostalgia de tardes de lluvia, de paseos en coche con los cristales empañados. Nostalgia de sentir, de esperar a sabiendas de que llegará, de volver, siempre volver. Paz entre tus brazos y mucho caos ahí fuera. Muchos intentos derrapando por el borde del precipicio, muchas ganas de romper con el miedo y gritarle a la vida que debería de concederme más treguas como tú.
Me rozas el corazón con la yema de tus dedos y sin tocarme. Un nudo enorme en el pecho, yo naufragando en la calle paralela a tu casa, lanzando dardos, pidiendo auxilio. Me despido y entre líneas se intuye que preferiría que te quedases.
Entonces, abro una botella y brindo porque dicen que todo pasa por algo. Bebo de trago y recuerdo cómo jugaba a ser perfecta. O quizá un poco menos mala. Tú solo tenías que encontrar un motivo por el cual mereciera la pena arriesgarse a perder la batalla. O la cabeza.
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