Que no hay cielo más oscuro que la noche en la que no sonríes.
Sí, hoy es uno de esos días en lo que me apetece saltarme las reglas. Hoy me apetece hablar de alguien que sin ser nada, hoy ya significa más que yo. ¿Amor? Podemos decir que más que amor, es locura. No estoy enamorada, pero sé que si el cielo tuviera un precio no valdría tanto como ella. Ella, la persona por la que miro hacia atrás, por la que miro a ambos lados de mi y por la que miraré siempre hacia delante. No puedo verme continuando mi vida sabiendo que si me caigo, no me dará su mano y lo que es aún peor, sabiendo que si me río no se reirá conmigo. A veces me cuestiono que eres para mi, intento describirte con palabras, intento pensar qué palabra ha de definirte y siempre, mi intento fue en vano. Supongo que tanto tú como yo, nos hemos hecho daño, hemos discutido y alguna vez que otra, hemos llorado la una a causa de la otra, pero, ¿y qué? Acaso piensas que si algún día he de decirte adiós... ¿me voy a ir? No, eso no entra en mis planes, prometí que nunca te dejaría sola y no tengo pensado hacerlo, es más, me da miedo solo pensarlo, como ya te he dicho, o quizá, como ya te he dado a entender, me hundo cuando no estás presente. No he querido hacerte daño, nunca podré hacerte nada sabiendo que te duele. He hablado más de una vez de ti, he llegado a la conclusión de que por tu bien, a veces debería alejarme y dejarte ir, la vida me ha dado respuestas y simplemente esas respuestas la mayoría de las veces no me han gustado. No busco irme, ni siquiera busco que me pidas que me quede, quiero estar aquí, quiero que tú lo estés y si para ello tengo que juntar Roma con Rusia, da por hecho que lo intentaré. Eres la persona que más feliz puede hacerme, por encima de todo lo que has tenido que ver de mi, quizá facetas horribles, quizá llantos interminables, pues queda comprobado que siempre has sabido como sacarme una sonrisa y nunca pequeña, siempre la más grande y adecuada para el momento. Por ello quiero decirte que te quiero, que te aprecio y que si algún día no estás acuérdate de que yo si lo estaré, que nunca me iré por lejos que parezca estar. Eres como el deseo que pedí en aquella estrella fugaz una noche de verano, eres el tesoro más grande que me han dado todos estos años.
A una de las mejores personas que me he encontrado en el camino de mi vida, Andrea Blesa Jiménez.
Increíble
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