Hago memoria de lo bajo que has caído en tus engaños.
Me han mentido y desde el principio lo he sabido, pero te miraba a los ojos y es cierto que aún sabiendo que todo era falso, te creía, no sé que nombre darle a eso, no sé como es expresar el cúmulo de dolor que supone una mentira, una mentira tuya. Para ti saqué fuerzas del mundo que no existía, por ti creé nuevas historias que nunca terminarían, por ti, dios mío... no te puedes imaginar todo lo que yo hice por ti. Te dije que sería imposible sin ti y hasta hace unos minutos, unas horas, o quién sabe, tal vez hace meses logré matar la verdad existente que clavé en aquel 30 de diciembre. Como aquella melancólica canción me decía, ''amores que matan, nunca mueren,'' un dicho que pareció marcar el final del paraíso. Puede ser que las nubes hoy hagan cálido mi día, puede ser que más poder tenga una lágrima que el recuerdo de tu risa una y otra vez golpeando en mi cornisa como la lluvia en el cristal. Puede ser que me importes, pero te aseguro que me pudiste importar más que hoy, te aseguro que pude quedarme sin sonrisa, condenada a los llantos y a las fuertes punzadas en el corazón por ti, amor, otra vez por ti, una vida que decidí quitarme por tu vivir, como siempre repitiendo la misma historia, repitiéndote a ti.
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