Me prometiste tiempos mejores.

Desafortunadamente supe que esto iba a doler. Temía el momento de verme tal y como estoy ahora, te echo tanto de menos... pero lo entiendo, entiendo que hayas elegido otro camino sin mi, con mi ausencia. Podría pensar que es normal que hayas decidido seguir sin mi si te hubiera tratado igual que al resto, pero luché por hacerte sentir diferente. Invertí todas mis fuerzas en tu felicidad y no conseguí la tuya, pero finalmente, la mía tampoco. Hablo de la que felicidad que tuvimos, algo que nos dio más allá de la vida, tú te hiciste para mi aquel día, como hoy te has podido hacer de otra. Y me duele, porque es a ti a quien quiero, a quien espero, aunque no vayas a volver y no tenga esperanzas ni ánimos de que lo hagas. Lo que quiero sentir es lo que tú me dabas. Ya no estás y yo tampoco, me encuentro en el mismo sitio dónde me conociste, perdida, sin tener ni un rumbo ni un motivo por el cual seguir. Solo por mi y esa no es razón suficiente. Aún te lloro y seguiré haciéndolo porque cuando intento olvidar ciertos detalles recuerdo cosas que fueron y no serán, cosas que me han dejado rota, sin luchar en este inmenso planeta de oportunidades nulas a personas enamoradas. Enamoradas siendo demasiado jóvenes, pero sintiéndolo por primera vez en sus vidas, de la forma mas intensa y ahora, de la forma más cruel que existe, la de aquel amor que no está contigo. 

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