Soy débil sin ti, no me dejes sola. Te quiero en mi vida, dentro de mi.

Me acosté llorando, me desperté sin hablar, al cabo del día reí y ahora vuelvo a tener los ojos llenos de lágrimas, que aún no han salido, pero que esta noche la almohada secará. Y no te pienses qué tengo un motivo aparente por el que llorar cada día, es una costumbre, una maldita costumbre de el cómo me siento. Me despierto pensando que me llamarás pidiendo que baje, y estarás ahí, esperándome con una sonrisa, saltaré a ti y me faltarán segundos para besarte. Sueño contigo, todos los días, cuando estoy dormida, pero ironía es decir que soñar ya no es de noche, porque apenas duermo, te sueño incluso cuando soy consciente de que lo hago. Las circunstancias han cambiado, pero nosotros no. Y sé que si me dejas voy a sacarte una sonrisa, aunque me cueste yo misma, todo me da igual cuando se trata de hacerte feliz, soy capaz de hacerlo todo. Adoro tantas cosas de ti. Me encanta cada uno de tus detalles, pero es que tengo tus fotos grabadas en mi mente, tu risa grabada en mi cabeza y tu amor guardado en dónde solo yo puedo sentirlo.

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