Plantarme bajo tu puerta, con una sonrisa, y con los brazos abiertos. Verte y poder abrazarte, decirte sin palabras que todo estará bien, que saldremos de esta, juntos, porque así es como debe ser. Explicarte que tu sonrisa es la cosa más bonita que he descubierto en el mundo y que la vida no puede continuar sin que siga existiendo. Que eres lo mejor de este mundo, y que no puedo verte triste. Quiero que seas feliz, y que lo seas aunque tenga que dejar mi vida en ello, aunque tenga que dar todo de mi, por ti sabes que lo haré y lo haría, siempre. Decirte una vez más que lo mereces todo, y que te amo. Que eres lo mejor que conozco. El motivo de mi sonrisa. Y que sin ti, no podría.
Volver a confiar
Si las miradas hablasen, tú ya sabrías todo lo que nunca te dije por miedo. De haberlo sabido, habrías huido todavía antes. Me estabas queriendo mal, pero yo me estaba queriendo peor. Y creo que no hay peor punto de partida que dar rienda suelta a algo tóxico; lo único que se me viene a la cabeza cuando nos veo a ti y a mí, perdidos en medio de cualquier noche tratando de entendernos sin ningún éxito. Fuiste la ilusión del primer día de algo grande, el escalofrío que te provoca el miedo cuando sabes, aún temblando, que va a merecer la pena perder las maneras y perderte a ti mismo por ver una sonrisa iluminar, por un rato, el vacío inmenso que te acompañaba hacía ya mucho tiempo. Tal vez nunca te invité a conocerme porque no podía explicarte quién había sido, pero tampoco preguntaste. La realidad es que no tenía ganas de presentarme mientras me derrumbabas la coraza y me hacías ser tan valiente como para volver confiar (aunque fuese un error, de nuevo). ...
Comentarios
Publicar un comentario