Perdón si te interrumpo, pero no puedo callar.

Un día más vengo aquí, donde hablo para que aquel que decida escucharme, aquel que se interese, dónde no obligo a nadie a entenderme, dónde solo busco desahogarme. Sacar todo aquello que estoy sintiendo porque dentro de mi no aguanta por más tiempo, y mis ojos están hartos de sacar tanta rabia afuera. Los días van pasando, demasiado deprisa y a la vez, pasan muy despacio. Cada uno de esos días deja una huella que hunde mi pequeño corazón que se esconde, porque tiene miedo. Tiene miedo de ser dañado. Mi corazón grita tu nombre a toda voz y solo yo puedo escucharlo. Está pidiéndote como nunca pidió nada, necesitando tu corazón cerca de él. Está tan triste de no sentirte como yo de no verte. Te entiendo, lo entiendo, pero busco que me comprendan los demás a mi. Sólo sé que cuando tenga la oportunidad, seré feliz y lo viviré intensamente, a tu lado, como quiero estar a todas horas. Contigo, como únicamente parezco ser feliz. No soporto pensar que estás mal y que yo no estoy ahí. 

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