¿Qué será de mi si algún día te pierdo?

¿Sabes qué día es hoy? Tres. Tres de Noviembre. Y sé que dirás, ¿y qué?¿qué tiene de especial el día de hoy? Pues quizá para ti nada, pero para mi hoy es especial, como lo fue ayer y como lo será mañana. Cada hora es única y cada instante es mágico. Y pienso a veces y me digo a mi misma la mala suerte que tengo y luego lo pienso mejor y pienso que nunca he tenido mala suerte, que soy la chica más afortunada de todo el planeta entero, que te tengo a ti, que qué más quiero. Eres dueño de mi corazón y siento que poseo un cierto poder sobre el tuyo. No te asustes si cada día te exijo que me des más de ti, te necesito más y más cerca a cada instante. Me he acostumbrado a ti, a tu olor, a tu sonrisa, a como es que tu me abraces y no imaginaría qué sería aprender a vivir sin nada de ti. Es el perfume de tu piel lo que me vuelve tan loca. No quiero perder nunca, no quiero perderte a ti, ni dar por olvidados o dejar en un recuerdo cada cosa vivida, cada beso dado y cada risa que sé dejó oír por toda la calle. No quiero olvidar que me acompañabas a casa y que cuando te despedías volvías y me dabas un beso más. No quiero olvidar todas esas veces que tuviste que aguantarme, no quiero olvidar como te ríes, como intentas aguantar y explotas en una carcajada que parece que no termina. No quiero pensar que algún día tú no estarás, porque para mi estarás siempre conmigo. No quiero orgullo ni distancia que nos separen. No quiero que todo sea perfecto porque sí, quiero que sea maravilloso porque ambos luchemos por ello. Te amo, pero es que te lo he dicho tantísimas veces que ya es una costumbre. Exacto. Una costumbre. Me he acostumbrado a ti. A pedir que me abraces, fuerte. A robarte un beso y pedirte que vengas conmigo. Me he acostumbrado a que formes parte de mi vida, día sí y día también y lo mejor de todo es que... no quiero cambiar el hecho de que esto sea así.