Ni siquiera por mí
Hoy amaneció nublado y no vino nadie. El eco retumbaba en las paredes mientras los pensamientos rugían aquí dentro. Me acordé, entonces, de todos los motivos que tuve para no hacer lo que hice cuando la debilidad vino a atraparme. Pero me dejé llevar por todos los motivos que me recuerdan que yo soy, hasta cuando no quiero, la que hace estas cosas. A punto de tronar, el día no me abraza, es difícil ver claridad cuando hay humo haciendo cenizas de todo lo que ya pasó. Tapé el resquicio, con él la esperanza y no me siento mejor al haberlo intentado ni siquiera por mí. Eva Álvarez @aunsintisoyfeliz