Miedos felices
Un día me encontré con el miedo . Sentí que mi corazón me provocaba el impulso de huir, que un escalofrío recorría mi cuerpo. Así que escapé por una calle estrecha y oscura. Se me olvidaba contar que la calle por no tener, no tenía ni salida. Y que terminé frenada contra un muro, contra una pared gigante, sin ninguna escapatoria. Lo que pasó después es que yo quise ver el final con mis propios ojos y me topé con un rayo de sol, un bulevar lleno de gente, carcajadas de fondo y un par de gatos callejeros. También me vi a mí creciendo de golpe y enfrentándome a lo que algún día me hizo sentir completamente inválida. Bueno, os hablo de la vida , de que tenía la manía de huir para sentir lástima de mi misma porque no quería darme cuenta de que si te miraba a los ojos y te hacía costumbre dejarías de ser miedo para convertirte en realidad , en una rutina de buenos días, en juegos constantes en los que solo me escondo cuando quiero que me busques. Y que me encuentres. Entendí