As de corazones
A veces, asumir la altura del precipicio es más valiente que saltar sin conocer las consecuencias, a veces, se necesita mucho más coraje para poner los puntos sobre las 'íes' que para dejar un par de ellos al final de una frase sin sentido como diciendo ''ahí va, reconstruye el significado como puedas''. Es cierto eso de que al pecador le da igual el cielo porque solo ha conocido el infierno, pero nadie habla de cómo el cielo gris ha hecho convertir cenizas aquellas historias que tan sólo acaban de empezar. Sin embargo, a mi me asusta la lluvia, la lluvia de ciertas pestañas y los relámpagos de aquellos ojos que nunca quisieron vernos llorar, el tormento de los que trataron nuestra piel con el mejor de los cuidados y depositaron en nosotros la ganas de vivir, como alertando de que ahora dependía de nosotros hacerlo bien. Y así estaba yo; nunca se me había dado bien tratar con responsabilidades que no fueran mías. Y así estoy ahora, más perdida de lo