Causa de una consecuencia desastrosa
Lo peor de fallar sería darme cuenta de que todas esas personas que desde un principio no confiaron en mi fue porque, tal vez, sabían que no tenían que hacerlo. Esos mismos que no me vieron capaz hablaban de listones demasiado altos y de unas ganas de llegar hasta la cima que solo serían conatos terminados en el más mísero fracaso, el mismo de siempre, el que persigue a los mismos, en las mismas situaciones, en los mismos impulsos. Honestamente, no trataba de decirles que sí podía a los que se reían mientras daba todo de mi por conseguirlo, el único fin de todo esto era demostrarme que era capaz de llegar allá a donde yo quisiera, sin más armas que yo misma, apartando las dudas que me hacían preguntarme si sería capaz y toda esa desconfianza de tantos que, a día de hoy, es más mía que de nadie. Entonces podemos seguir juzgando, juzgando y hablando de los demás como si el medio para llegar a nuestra meta fuera hundir sus vidas para sacar a flote las nuestras, dejarlos en ridículo s