Clandestinos
Ella perdía el sentido de la cordura cada vez que éste ponía un pie en su camino. Por error tal vez. En su pecho se acumulaban treinta cosas que decirle, cincuenta impulsos por salir corriendo hasta sus brazos esperando que éstos estuvieran abiertos, dos oportunidades gastadas, tres maneras de decir te quiero. Con la mirada. Un cargo de conciencia increíble por perdonar lo imperdonable y muchos caminos que van a Roma, siendo ninguno el que le devolviera la coherencia. Repetida historia. El mismo punto de partida, de salida. Decepciones en forma de sonrisas. Intenciones camufladas. Una locura vestida de cordura. Salidas de emergencia taponando la cara más bonita de lo que unos llaman felicidad, eso que ella acostumbra a llamar fracaso. Esas ganas locas de decirle al vacío que le encanta todo lo que éste conlleva. Esa loca sin remedio que busca sin encontrar el hogar que un día le prometió quedarse siempre. 'Ya nadie esperará más en casa. Ya no hay casa.' Su cabeza l